Cada año, el 5 de diciembre, el Día Mundial del Suelo destaca la importancia de un suelo sano. También es un día para abogar por la gestión sostenible de los recursos del suelo.
Cuando se pierde el suelo, se necesitan años para reemplazarlo. Se necesitan hasta 1.000 años para producir solo 2 a 3 cm de suelo. Se cree que hasta el 90 % de la tierra del mundo se degradará para 2050. La situación es grave, lo que significa que no hay tiempo que perder cuando se trata de salvar nuestro suelo.
El suelo es lo más importante
El suelo forma la base debajo de nuestros hogares y oficinas, la fuente de todos nuestros alimentos y el último protector contra la dureza de nuestro clima. Proporciona servicios ecosistémicos esenciales que hacen que la flora y la fauna sean saludables, para que a su vez puedan hacernos saludables. En otras palabras, el suelo es, literal y figurativamente, la base de nuestra propia existencia, pero no lo tratamos como tal. La contaminación, el uso intensivo de la tierra y la agricultura no diversificada eliminan los organismos esenciales que ayudan a la recuperación del suelo. El uso de maquinaria pesada comprime el suelo. Al pavimentar áreas residenciales y colocar losetas en nuestros patios traseros, evitamos que el agua de lluvia penetre en el suelo. Esto hace que el suelo se seque y aumente la salinización. El suelo se está convirtiendo gradualmente en un ambiente seco y sin vida, lo que tiene un gran impacto en la vida sobre el suelo.
El día fue recomendado por primera vez por la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS) en 2002. En diciembre de 2013, la Asamblea General de la ONU respondió designando el 5 de diciembre de 2014 como el primer Día Mundial del Suelo oficial.
Principales consecuencias
Cada cinco segundos, un área del tamaño de un campo de fútbol se pierde debido a la erosión. La tierra que alguna vez fue fértil se convierte en un desierto árido. Un suelo pobre significa gente pobre, lo que genera hambre, desesperación y millones de refugiados y da lugar a conflictos y extremismo. Estos son problemas globales que lentamente comienzan a afectar nuestra vida diaria, incluso más cerca de casa.
“Debido a la falta de vegetación, sufrimos mucho estrés por calor en las regiones urbanas estos últimos tres veranos”, dice Laura a modo de ejemplo. “Incluso en los Países Bajos, que se conoce como la tierra del agua, el agua comenzó a escasear, lo que nos obligó a tratar el suministro disponible con sumo cuidado”. Eso puede sonar como un problema relativamente menor, pero las consecuencias mayores están comenzando a tomar forma. “Como resultado del nivel más bajo del agua subterránea, las turberas se están secando y colapsando”, dice Martin. “Muchas ciudades están construidas sobre estas turberas. Las casas o partes enteras de una ciudad pueden comenzar a hundirse, con todos los peligros y consecuencias correspondientes. Además de eso, el colapso de las turberas libera una tonelada de CO2, lo que exacerba aún más los efectos del cambio climático”.
El camino hacia la recuperación del suelo
El cambio global exige una participación política, por ejemplo, incorporando el uso sostenible del suelo en las leyes y reglamentos y estimulando la transición hacia la agricultura biológica. “Incluso con unos pocos pasos pequeños y fáciles, podemos tener un gran impacto en nuestro propio entorno de vida”, explica Martin.
El día mundial del suelo en el sector inmobiliario
El uso de la tierra se define como el conjunto general de actividades que pueden llevarse a cabo en un área determinada si son aprobadas o restringidas por las agencias pertinentes. En el país contamos con un Sistema de Información Geográfica, una herramienta de consulta en línea del uso del suelo en la Ciudad de México. Estos instrumentos tienen en cuenta los lineamientos legislativos contenidos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGDU).
Por ejemplo, existen políticas nacionales en el campo de la ordenación del territorio y el desarrollo urbano, así como instituciones locales que tratan de regular estos temas. De esta forma, se pueden definir y regular completamente las actividades a desarrollar en el inmueble y se puede combatir el crecimiento de asentamientos irregulares en diversas partes del país.
En México, como federación, cada región determina los usos de suelo permitidos dentro de su territorio, aunque los principales son:
- Residencial: destinado a la construcción de viviendas
- Actividades productivas: aquellos espacios que abarcan diferentes tipos de industrias
- Equipamiento: sectores y ramas productivas
- Infraestructura: obras públicas que se realicen en la entidad
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